¿Para qué es necesaria la Atención Temprana?
- Para reducir los efectos de las discapacidades sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
- Para optimizar el curso del desarrollo del niño.
- Para introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y de adaptación a necesidades.
- Para evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
- Parar atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.
¿Cuándo debemos preocuparnos por la salud mental de nuestros hijos?
- Cuando se presente cualquier cambio en la vida del niño que le provoque miedos, ansiedades o incluso depresión: la muerte de un familiar, separación temporal o permanente de los padres, un cambio de colegio, abuso por parte de otros compañeros de colegio (bullying), mudarse a otro barrio o a otra ciudad… esto puede verse reflejado en comportamientos distintos a los que hasta ahora manifestaba
- Cuando consideremos que nuestro hijo presenta una adicción a las nuevas tecnologías, redes sociales, móvil…
- Cuando tiene problemas para relacionarse con los niños de su edad, no tiene amigos ya sea porque se comporta de manera violenta, porque es demasiado tímido o porque presenta un desinterés que nos llama la atención
- Cuando tiene miedo a estar solo y le cuesta conciliar el sueño o bien presenta pesadillas o terrores nocturnos de manera frecuente y mantenidos en el tiempo
- Cuando presenta comportamientos difíciles de manejar, como la desobediencia, la agresividad verbal y/o física o un apego excesivo
- Cuando tiene problemas en el colegio, le cuesta concentrarse, se aburre a menudo y se muestra demasiado intranquilo e inquieto, molestando a sus compañeros
- Cuando observamos tics, obsesiones o trastornos físicos que no tienen una causa médica, como dolores de cabeza, problemas dermatológicos y/o vómitos…
- Cuando presenta problemas de eliminación ( encropesis, eneuresis..) y trastornos alimentarios
En cuanto detectemos el menor indicio de alguna de las situaciones anteriores, es importante acudir cuanto antes a un psicólogo profesional para que evalúe si es preciso comenzar una terapia.
¿Cuándo es necesario acudir a un psicólogo?
- Cuando sientes que pierdes el control de tu día a día
- Cuando notas que tienes dolores y a pesar de diversas pruebas has descartado problemas fisiológicos
- Cuando tienes ataques de ansiedad: taquicardias, hiperventilación, presión en el pecho, etc.
- Cuando tus emociones te desbordan: tristeza, angustia, miedo, rabia, etc.
- Cuando no aceptas una situación que te ha sucedido o bien no la sabes gestionar
- Cuando tus pensamientos negativos te atacan constantemente
- Cuando llevas una o más semanas que te cuesta conciliar el sueño, mantenerlo o que por el contrario duermes demasiado
- Cuando te cuesta mucho relacionarte con la gente y eso te crea malestar.
- Cuando tienes miedos irracionales que no puedes controlar
- Cuando has tenido una pérdida en tu vida, de la que crees que te está costando demasiado recuperarte o no la estás gestionando bien
- Cuando tienes cambios marcados en el estado de ánimo y en el carácter
- Cuando las personas que conviven contigo sufren. Hay veces que la propia persona no se da cuenta de sus síntomas pero se está haciendo daño tanto a sí misma como a los demás
- Cuando has sufrido uno o varios ataques de pánico
- Cuando alguien de tu entorno presenta alguna adicción o bien sufre alucinaciones y las considera reales
¿Qué pasa si no me encuentro cómodo con el/la psicóloga?
Es importante para los resultados que te sientas cómodo y en confianza con la persona que dirigirá las sesiones. En SERVICIOS PSICOSALUS tenemos un equipo de varios profesionales con lo cual podemos ofrecerte alternativas si quieres cambiar de psicoterapeuta.
¿Qué problemas se dan con mayor frecuencia en esta etapa de la vida?
- Los problemas se dan con mayor frecuencia en esta etapa de la vida son:
- Las alteraciones del estado de ánimo (ej. depresión, ).
- El deterioro de las capacidades cognitivas y psicomotrices (que pueden ir desde un deterioro leve a una demencia).
- Trastornos adaptativos (Falta de ajuste a ciertos cambios en su vida como la jubilación, síndrome del “nido vacio”…).
- Procesos de duelo (perdida del cónyuge, de las amistades..).
- Trastornos psicofisiológicos (migrañas, hipertensión, afecciones cardíacas, fibromialgia…).
- Disfunciones sexuales y deterioro de las relaciones de pareja.
- Desarrollo o agudización de fobias (ej. miedo a caerse, a quedarse sólo).
- Trastornos del sueño.
¿Cuál es el objetivo del orientador?
- El objetivo del orientador es:
- Potenciar y ayudar a niños, jóvenes y adultos con problemas de aprendizaje y enseñarles métodos eficaces de estudio que le faciliten el entendimiento
- Identificar los problemas de aprendizaje si los hay (falta de motivación, inmadurez cognoscitiva, afectación de problemas externos como problemas familiares…)
- Realizar una evaluación e intervención psicopedagógica.
- Identificar las posibilidades de aprendizaje del niño.
- Orientar a profesores y a padres.
¿Qué patologías trabajamos?
- Alguna de las patologías que trabajamos en esta área son:
- Falta de deseo sexual o bajo deseo sexual.
- Problemas en la excitación.
- Problemas en el orgasmo.
- Dolor al inicio y durante las relaciones sexuales.
- Impotencia.
- Disfunción eréctil.
- Eyaculación retardada y eyaculación precoz.
- Inhibición de la eyaculación.
¿Qué situaciones pueden generar una crisis familiar?
- A continuación se enumeran algunas de las situaciones que pueden generar una crisis familiar:
- Problemas de comunicación.
- Síndrome de nido vacío (emancipación de algún hijo).
- Fallecimiento de algún familiar.
- Adopciones.
- Nacimiento de un nuevo miembro de la familia.
- Un hogar desestructurado.
- Malos comportamientos de niños y/o adolescentes.
- Conflicto entre distintos miembros de la familia:
- Problemas entre padres e hijos
- Problemas entre hermanos
- Problemas entre otros miembros de la familia
¿Cuándo acudir al psiquiatra?
El psiquiatra trabaja conjuntamente con el psicólogo y ambos tratan la salud mental. La diferencia reside en que el psiquiatra trata los trastornos mentales más problemáticos desde el enfoque fisiológico y químico del cerebro. A través de la prescripción de fármacos pretende disminuir los síntomas del paciente.